La ceremonia fue presidida por el Cardenal Angelo Becciu, a las 10 de la mañana hora local de Argentina. «Los nuevos Beatos siempre contaron con la ayuda de Dios, incluso cuando tuvieron que sufrir por la justicia”, dijo en su homilía el Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, en representación del Papa Francisco.