Un año después del Sínodo sobre los jóvenes, chicos y chicas de todo el mundo se confrontan con la “Christus vivit”, la Exhortación Apostólica del Papa Francisco. “Una expresión del discernimiento es el empeño por reconocer la propia vocación” se lee hacia el final de la carta. Este pasaje le cambió la vida, reconoce Beatrice, joven de la Guinea-Conakry. Gracias al Papa, dice, ahora “sé aquello que quiero en la Iglesia y aquello que debo hacer para comprometerme”.