La tensión política y social sigue siendo alta en Honduras, que lucha contra la violencia, el tráfico de drogas, la corrupción y la pobreza. En un mensaje para el Mes Misionero Extraordinario, los obispos exhortan a los fieles y a todos los ciudadanos a no ceder a la resignación y a trabajar juntos por el bien común y la paz, porque el cambio es posible.