Lo dijo el Papa a la hora del Ángelus del primer domingo del año en que explicó lo que nos dice la liturgia del día al contemplar el signo admirable del Pesebre, a saber, «que es la plena revelación del designio de Dios sobre el hombre y sobre el mundo”. Y agregó que estamos predestinados a ser hijos de Dios por obra de Jesucristo