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Vicente Camus habla como un hijo fiel: “La Virgen está creando conciencia respecto de que la vida es un don y valor que se debe respetar desde su concepción hasta la muerte natural”.

Cuando a fines de enero de 2015 la presidenta de Chile Michelle Bachelet comunicó al país que presentaba al Parlamento su proyecto de ley relativo al aborto, el mundo cristiano lo consideró no sólo una explícita amenaza a la vida de millones de seres humanos, sino un desafío, agresión, a los valores esenciales de la fe.

En su casa, situada en la comuna de Maipú de la capital chilena, junto a su esposa e hija, Vicente Camus -como la mayoría de los católicos de Chile- escuchó con sincero dolor el anuncio de Bachelet.

Pero Vicente -activo feligrés del Santuario Nacional de Maipú en honor a la Patrona de Chile, la Virgen del Carmen, y presidente de la Asociación de Cuasimodistas de su comuna (custodios del Santísimo Sacramento durante la fiesta costumbrista: “Cuasimodo”)- desconocía que pocas semanas después, sería parte de una misión estratégica y vital de la Iglesia chilena. Quizás la apuesta más importante para lograr frenar aquel proyecto de ley de Bachelet  y cualquiera que atente contra la vida, desde su concepción hasta la muerte natural.

La misión surgió como idea en el corazón de una comunidad de laicos, pero casi de inmediato fue acogida con alegría y esperanza por muchos obispos del país Latinoamericano.

El Santuario Nacional de Maipú asumió la coordinación. Se trata de llevar en peregrinación por las calles, parroquias, colegios, por todo lugar, a la Virgen del Carmen Misionera… imagen que el Papa Benedicto XVI, hoy emérito regaló a Chile el año 2010 con ocasión del Bicentenario patrio.


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Convocar a orar “por un Chile sin aborto” es la invitación que está sembrando la Virgen del Carmen Misionera en los corazones de miles.

Ello puede concluirse por el contenido de los volantes (ver al final) que se distribuyen allí donde la Virgen está de visita. Y Vicente es el “guardián” responsable del cuidado, traslado y custodia de la imagen en quien los católicos honran el poder mediador de la Santísima Virgen María.

Ser el guardián de la Virgen debe ser un gran honor. Máxime cuando ella recorre Chile convocando a orar para defender la Vida 
Si. Para mí (su voz se quiebra por la emoción) que siempre he sido devoto de la Virgen esta misión es un regalo que marca mi vida y la de mi familia. Yo soy responsable cien por ciento de donde ella está, los lugares que visita, el traslado, el cuidado, la compañía… es todo con la Virgen. Comenzamos en mayo al sur de Chile, en la diócesis de Puerto Montt. Bueno, primero la fui a buscar a una capilla, Santa Clara, en Talcahuano…

Fuente: www.portaluz.org