Tras encontrarse con las Autoridades de Tailandia y el Cuerpo Diplomático, el Papa Francisco visita el Templo Real en Bangkok para encontrarse con el Patriarca Supremo Budista quien le ha manifestado a Francisco su aprecio por el comportamiento de la Iglesia Católica, que siempre ha ido para ayudar y no para conquistar. El Papa le responde que para los católicos, el proselitismo «está prohibido».