En el Adviento emprender un camino de conversión, pero también reencender la esperanza los corazones de quienes nos rodean, para hacer comprender que, a pesar de todo, el reino de Dios sigue siendo construido día a día con el poder del Espíritu Santo. Fue, en síntesis, el mensaje central del Papa en su alocución previa al rezo mariano del Ángelus en el segundo domingo de Adviento.