“Es más fácil reprimir que educar”, “negar la injusticia presente en la sociedad” y crear «espacios para encerrar en el olvido a los infractores”, que “ofrecer igualdad de oportunidades de desarrollo a todos los ciudadanos”: así el Papa señaló la deuda social con los descartados, instando a promover «un desarrollo humano integral» que reduzca las circunstancias de acciones ilícitas.