En su homilía en la Misa en la Casa Santa Marta, el Papa Francisco subrayó que las «dos actitudes de cristianos tibios»: «acorralar a Dios y lavarse las manos», como las de los sumos sacerdotes con Jesús en el templo, son peligrosas. “Pensemos en lo que pasaría» – dice el Papa – si el Señor lo hiciera con nosotros.