En el día en el que la Iglesia celebra la fiesta litúrgica de la conversión de San Pablo, Apóstol de los gentiles, el Papa Francisco concluyó la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos rezando las II vísperas en la Basílica de San Pablo Extramuros en Roma, junto al Metropolita Gennadios, representante del Patriarcado ecuménico, Su Gracia Ian Ernest, representante personal en Roma del Arzobispo de Canterbury, y un grupo de estudiantes ortodoxos. «Sin cansarnos nunca, sigamos rezando para invocar a Dios el don de la plena unidad entre nosotros», pidió el Pontífice.