La casa de Dios está en todas partes, incluso en un museo, en un campo de juego. Tomás, un joven irlandés, que ama en particular de la “Christus vivit” los puntos en los que el Papa habla de experiencias artísticas y deportivas en medio de la naturaleza que, como un prisma, revelan a los jóvenes los múltiples rostros de la belleza divina.