A casi dos semanas del estreno de la película documental «No se lo digas a nadie» sobre los abusos cometidos en la Iglesia en Polonia, la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal polaca admite con «vergüenza» que los obispos no han hecho todo lo que podían contra este mal y anuncia un renovado compromiso con las víctimas y la prevención.