El Santo Padre fue recibido con gran emoción por los reclusos del centro penitenciario, quienes celebraron con profundo recogimiento la Misa del Jueves Santo, día en el que Jesús instituyó la Eucaristía. En su homilía Francisco señaló que el gesto de Jesús, de lavar los pies a sus discípulos, nos debe ayudar «a ser más hermanos en el servicio».