Guatemala y El Salvador son países vecinos en América Central. Ambos vivieron largos conflictos armados internos que produjeron decenas de miles de víctimas, civiles en su mayoría y están al borde de protagonizar un retroceso para el Estado de derecho. Mientras en El Salvador la derecha política ya hizo un primer amague para regresar a una amnistía total para los violadores de derechos humanos de la guerra, en Guatemala el Congreso está a un paso de aprobar unas reformas que también prometen amnistía total a los criminales de guerra