Al final de la oración mariana del Ángelus, Francisco deseó el éxito de la cumbre de Berlín sobre la crisis en Libia. El Santo Padre exhortó a que se emprendiera un camino que condujera a una solución negociada. El borrador de la declaración final de la cumbre pide, entre otras cosas, un embargo de armas y el inicio de un proceso para un gobierno unificado.