“Creemos que las familias, las instituciones educativas y las comunidades religiosas son lugares de formación moral y espiritual donde los jóvenes de hoy pueden aprender a dar forma al mundo de mañana para convertirlo en un lugar mejor”, se lee en la declaración final del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso sobre el segundo Coloquio Cristiano-Taoísta, que tuvo lugar en Singapur, del 5 al 7 de noviembre.