“Que su voz -débil, pero fuerte de la esperanza y la valentía de los jóvenes- pueda ser escuchada el próximo 10 de diciembre en las Naciones Unidas»: la esperanza manifestada por el Papa Francisco a los jóvenes de la Asociación que desde hace 20 años está comprometida en la reducción de los conflictos armados en el mundo.