La compasión es como «la lente del corazón» que nos hace comprender las dimensiones de la realidad, es el lenguaje de Dios, mientras tantas veces el lenguaje humano es la indiferencia. Es el tema del que habló el Santo Padre en su homilía de la Misa matutina celebrada en la Casa Santa Marta, que reanudó ayer tras la pausa de verano