No es nuevo el sufrimiento que la falta de agua y su deficiente y desigual distribución está acarreando a numerosas personas, que no ocupan las portadas de los grandes medios de comunicación. Es necesario sacar del olvido situaciones dramáticas que exigen una urgente y sensata solución. Lo afirmó el Observador Permanente de la Santa Sede ante la FAO, Mons. Chica Arellano