Con motivo de la celebración, el próximo 1° de marzo, del Domingo del enfermo, los prelados suizos destacan en su mensaje lo primario de la «persona» sobre el «enfermo», protegiendo siempre su dignidad y su vida, sin ceder a actos de «eutanasia, suicidio asistido o supresión de la vida, incluso cuando la etapa de la enfermedad es irreversible»