“Muchos hablan hoy de los jóvenes, pero no muchos hablan a los jóvenes”, lo afirmaba Pablo VI, próximo Santo, y lo repite hoy el Sínodo: hay una necesidad de escuchar a los jóvenes en el mundo digital, donde la bulimia informática a menudo corresponde a la anorexia de los sueños, con el riesgo de crear niños “info-obesos”