La revista de una villa miseria argentina entrevista al Papa, y él
responde. Se trata de la Villa La
Cárcova, en la localidad de León Suárez, una aglomeración que surgió hace medio
siglo en
torno a la última estación de la ferrovía que llevaba a la gran Buenos
Aires. En enero pasado, al término de una procesión religiosa con su séquito de
fiesta popular, fue lanzada la propuesta de entrevistar al Papa para «La
Cárcova News», una revista escrita por los jóvenes de la villa. Las preguntas
recogidas entre la gente fueron entregadas directamente al Papa a través de
José María Di Paola, mejor conocido como
el padre Pepe, a quien recibió el 7 de febrero pasado en Santa Marta. El Papa
Francisco respondió inmediatamente y «al padre Pepe —explica Alver Metalli en
su sitio www.terredamerica.com
le fue suficiente encender una pequeña grabadora y la entrevista se realizó».   

Usted
habla mucho de periferia.Es una
palabra que usa muchas veces. ¿En qué piensa cuando habla deperiferias?¿En
nosotros, en la gente de la villa?

Cuando hablo de periferia
hablo de límites. Normalmente nosotros nos movemos en espacios que de alguna
manera controlamos. Ése es el centro. Pero a medida que vamos saliendo del
centro vamos descubriendo más cosas. Y cuando miramos el centro desde esas
nuevas cosas que descubrimos, desde nuestras nuevas posiciones, desde esa
periferia, vemos que la realidad es distinta. Una cosa es ver la realidad desde
el centro y otra cosa es verla desde el último lugar a donde vos llegaste. 

Un
ejemplo. Europa, vista desde Madrid en el siglo XVI era una cosa, pero cuando
Magallanes llega al fin del continente americano y mira Europa, desde ahí
entiende otra cosa. La realidad se ve mejor desde la periferia que desde el
centro. También la realidad de una persona, de las periferias existenciales
e incluso la realidad del pensamiento. Vos podés tener un pensamiento muy
armado, pero cuando te confrontás con alguien que está fuera de ese pensamiento
de alguna manera tenés que buscar las razones del tuyo, empezás a discutir, te
enriquecés desde la periferia del pensamiento del otro.

Usted
conoce nuestros problemas. La droga avanza y no se detiene, entra en las villas
y ataca a nuestros jóvenes.¿Quién tiene que defendernos?¿Y nosotros, cómo podemos defendernos?

Es
verdad, avanza y no se detiene. Hay países que ya son esclavos de la droga y
nos preocupa. Lo que más me preocupa es el triunfalismo de los traficantes.
Esta gente ya canta victoria, han vencido, han triunfado. Y eso es una
realidad. Hay países o zonas donde todo está bajo el dominio de la droga. Con
respecto a Argentina, puedo decir sólo esto: hace 25 años era un lugar de paso
de la droga, hoy en día se consume. Y no tengo la certeza, pero creo que
también se fabrica.

¿Qué
es lo más importante que debemos darle a nuestros hijos?

La
pertenencia, la pertenencia a un hogar. La pertenencia se da con amor, con
cariño, con tiempo, llevándolos de la mano, escuchándolos, jugando con ellos,
dándoles lo que necesitan en cada momento para su crecimiento. Sobre todo
dándoles lugar para que se expresen. Si vos no jugás con tus hijos, les estás
privando de la dimensión de la gratuidad. Si vos no le das lugar para que él
diga lo que siente y pueda incluso hasta discutir con vos, porque se siente
libre, no lo estás dejando crecer.

Pero
lo más importante es la fe. A mí me duele mucho cuando encuentro chicos que no
saben hacerse la señal de la cruz. A esos chicos no les ha llegado lo más
importante que un padre y una madre les pueden dar: la fe.

Usted
cree que siempre existe la posibilidad de un cambio, tanto en situaciones
difíciles de personas que han sido muy probadas por la vida, como en situaciones
sociales o internacionales que son causa de grandes sufrimientos para la
población.¿De dónde saca ese
optimismo, incluso cuando habría que desesperarse?

Toda
persona puede cambiar, incluso las muy probadas. Yo conozco gente que estaba
tirada en la existencia de su vida, y hoy día se han casado, tienen su hogar.
Esto no es optimismo, esto es certeza en dos cosas. Primero, en el hombre, en
la persona. La persona es imagen de Dios, y Dios no desprecia su imagen,
siempre la rescata de alguna manera. Y segundo en la fuerza del mismo Espíritu
Santo, que va cambiando la conciencia. No es optimismo, es fe en la persona,
porque es hija de Dios. Dios no abandona a sus hijos. Me gusta repetir la frase
que nosotros, los hijos de Dios, metemos la pata a cada rato, nos equivocamos,
pecamos, pero cuando pedimos perdón, Él siempre nos perdona. No se cansa
de perdonar. Somos nosotros que, cuando nos creemos importantes, nos cansamos
de pedir perdón.

¿Cómo
se puede llegar a estar seguros y ser constantes en la fe? Quiero decir: uno
vive altos y bajos, en algunos momentos es consciente de la presencia de Dios,
de que Dios es un compañero de camino, pero en otros, uno se olvida de eso y se
porta como di Dios no existiera.¿Se
puede alcanzar una estabilidad en un tema como el de la fe?

Sí, hay altos y bajos. En
algunos momentos somos conscientes de la presencia de Dios, otras veces nos
olvidamos de eso. La Biblia dice: la vida del hombre, de la persona sobre la
tierra es una milicia Es decir que tenés que estar en paz y luchando. Preparado
para no desfallecer, no bajar la guardia, y por otro lado gozando de todas las
cosas hermosas que te da Dios en la vida. Es decir, hay que esta alerta. No ser
derrotista, no ser pesimista.

¿Cómo
ser constante en la fe? Si no te negás a sentirla, la vas a sentir muy cerca,
la vas a encontrar en tu corazón. Otro día puede ser que no sientas nada.
Y sin embargo la fe está, ¿no? Es necesario acostumbrarse a que la fe no es un
sentimiento. A veces el Señor nos da la gracia de sentirla, pero la fe es algo
más. La fe es mi relación con Jesucristo, yo creo que Él me salvó. Ése es el
punto justo de la fe. Andá buscando vos los momentos de tu vida en los que te
encontrabas mal, donde andabas perdido, donde no la pegabas, y observá cómo
Cristo te salvó. Abrazate a eso, ésa es la raíz de tu fe. Cuando te
olvidás, cuando no sentís nada, abrazate a eso, porque ésa es la base de tu fe.
Y siempre con el Evangelio en la mano. Llevate un Evangelio
chiquito en el bolsillo. Tenelo en tu casa. Esta es la Palabra de Dios. Ahí se
alimenta la fe. Después de todo la fe es un regalo, no es una actitud
psicológica. Y si te hacen un regalo tenés que recibirlo ¿no? Recibí, entonces,
el regalo del Evangelio y leélo. Leélo y escuchá la Palabra de Dios.

Su vida ha sido intensa, rica.Nosotros también queremos vivir una
vida plena, intensa. ¿Cómo se hace para no vivir inútilmente? ¿Y cómo puede
saber uno que no vive inútilmente?

Bueno,
yo viví mucho inútilmente, ¿eh? No fue tan intensa y tan rica. Yo soy un
pecador como cualquiera. Pasa que, simplemente, el Señor me hace hacer cosas
que se ven, pero cuántas veces hay gente que no se ve, ¡y el bien que hacen! La
intensidad no es directamente proporcional a lo que la gente ve. La intensidad
se vive por dentro. Y se vive alimentando la misma fe. ¿Cómo? Haciendo obras de
fecundidad, obras de amor para el bien de la gente. Quizás el peor pecado
contra el amor sea renegar de una persona. Hay una persona que te ama, y vos
renegás de ella haciendo como que no la conocés. Te está amando y vos renegás
de ella. El que más nos ama es Dios. Renegar de Dios es uno de los peores
pecados que hay. San Pedro cometió ese pecado, renegó de Jesucristo… ¡y lo
hicieron Papa! ¿Entonces qué me queda para mí? Así que no… ¡Adelante!

¿Usted
tiene cerca a personas que no están de acuerdo con usted?

Sí,
por supuesto.

¿Cómo
se comporta con ellas?

A mí
nunca me fue mal con escuchar a las personas. Cada vez que las escucho, siempre
me va bien. Las veces que no las escuché me fue mal. Porque aunque no estés de
acuerdo, siempre, siempre te van a dar algo o te van a poner en una situación
en la cual vos tenés que repensar tus cosas. Y eso te enriquece. Es la manera
de comportarse con los que no estamos de acuerdo. Ahora, si yo no estoy de
acuerdo con aquel y dejo de saludarlo, le cierro la puerta en la cara o no le
dejo hablar, no le pregunto nada, es evidente que me anulo a mí mismo. Esta es
la riqueza del diálogo. Dialogando, escuchando, uno se enriquece.

La
moda de hoy empuja a los jóvenes hacia las relaciones virtuales.En la villa también pasa eso. ¿Cómo se
puede hacer para que salgan de su mundo de fantasía y ayudarlos a vivir la
realidad y las relaciones verdaderas?

Yo
distinguiría entre el mundo de la fantasía y las relaciones virtuales. A veces las relaciones virtuales no son de
fantasía, son concretas, son de cosas reales y muy concretas. Pero
evidentemente lo deseable es la relación no virtual, es decir la relación
física, afectiva, la relación en el tiempo y en el contacto con las personas. Y
creo que el peligro que nosotros corremos ahora es el de tener una capacidad de
información muy grande, de poder movernos virtualmente dentro de toda una serie
de cosas que nos puede llevar a convertirnos en jóvenes-museo. Un
joven-museo está muy bien informado, ¿pero qué hace con todo lo que tiene? La
manera de ser fecundo en la vida no pasa por acumular información o mantener
solamente comunicaciones virtuales sino por cambiar lo concreto de la
existencia. En última instancia quiere decir amar.

Vos
podés amar a otra persona, pero si no le estrechás la mano, no le das un
abrazo, no es amor; si amás a alguien como para casarte, es decir con el
deseo de entregarte completamente, y no le abrazas, no le das un beso, no es
verdadero amor. El amor virtual no existe. Existe la declaración de amor
virtual, pero el verdadero amor prevee el contacto físico, concreto. Vayamos a
lo esencial de la vida. Y lo esencial es eso. Entonces, no jóvenes-museo que
solamente estén informados de las cosas virtualmente, sino jóvenes que sientan
y que con sus propias manos –acá está lo concreto- lleven adelante su vida. Me
gusta hablar de los tres lenguajes: el lenguaje de la cabeza, el lenguaje del
corazón y el lenguaje de las manos. Tiene que haber armonía entre los tres. De
tal manera que vos pienses lo que sentís y lo que hacés, sientas lo que pensás
y lo que hacés, y hagas lo que sentís y lo que pensás. Eso es lo concreto.
Quedarte solamente en el plano de lo virtual es como vivir en una cabeza sin
cuerpo.

¿Hay
algo que quiera sugerirle a los gobernantes argentinos en un año de elecciones?

Primero,
una plataforma electoral clara. Que cada uno diga: nosotros, si somos
gobierno, vamos a hacer “esto”. Bien concreto. La plataforma electoral es muy
sana, y ayuda a la gente a ver lo que piensa cada uno. En una de las elecciones
de hace muchos años, hubo una anécdota importane sobre lo que hicieron unos
periodistas vivos. Más o menos a la misma hora se encontraron con tres
candidatos. No recuerdo si eran candidatos a diputados o a
intendentes. Y le preguntaron a cada uno: ¿qué piensa usted sobre tal cosa?
Cada uno dió su propia respuesta, y a uno de ellos un periodista le dijo:
“pero lo que usted piensa no es lo mismo que lo que piensa el Partido que usted
representa. Vea la plataforma electoral de su Partido…”. A veces los mismos
candidatos no conocen la plataforma electoral. Un candidato tiene que
presentarse a la sociedad con una plataforma electoral clara, bien estudiada,
diciendo explícitamente: “Si yo salgo elegido diputado, intendente,
gobernador, voy a hacer “esto”, porque pienso que “esto” es lo que hay
que hacer”.

Segundo,
honestidad en la presentación de la propia postura. Y tercero –es una de las
cosas que tenemos que lograr, ojalá la podamos lograr- una campaña electoral de
tipo gratuito, no financiada. Porque
en las financiaciones de las campañas electorales entran muchos intereses que
después “te pasan factura”. Entonces, hay que ser independientes de
cualquiera que me pueda financiar una campaña electoral. Es un ideal,
evidentemente, porque siempre hace falta dinero para los afiches, para la
televisión. Pero en todo caso que la financiación sea pública. De este modo yo,
ciudadano, sé que financio a este candidato con esta determinada cantidad de
dinero. Que sea todo transparente y limpio.

¿Cuando
viene a la Argentina?

En
principio, en el ’16, pero todavía no hay nada seguro porque hay que armar con
otros viajes, con otros países.

Escuchamos
por televisión noticias que nos duelen, que hay fanáticos que lo quieren matar.¿No tiene miedo?Y nosotros que lo queremos, ¿qué
podemos hacer?

Mirá,
la vida está en manos de Dios. Yo le dije al Señor: Vos cuidame. Pero si tu
voluntad es que yo me muera o que me hagan algo, te pido un solo favor: que no
me duela. Porque yo soy muy cobarde para el dolor físico.

di José María Di Paola