antLa historia de la imagen de la Virgen del Carmen venerada en Maipú se remonta al año 1785. Ese año es encargada a Quito por el español Don Martín de Lecuna, quien la llevó a la capilla de la chacra San Martín, en Nuñoa, donde se conservó por un tiempo. Desde ahí era llevada periódicamente hasta la Iglesia de San Agustín, donde se le rezaba la novena hasta que culminaba la Solemnidad de la Virgen del Carmen, el 16 de Julio. En la celebración participaban importantes personajes como Don José Miguel Carrera y sus hermanos; Don Bernardo O’Higgins y Manuel Rodríguez, entre otros.

La imagen pasó después, por herencia de sus antepasados, a manos de la Señora Rosalía Mújica de Gutiérrez, descendiente de Don Martín de Lecuna. Fue ella quien la donó – en Agosto de 1945 – al Cardenal José María Caro, para que fuera venerada en el grandioso Templo Votivo que se empezaba a construir en Maipú.

La imagen fue llevada a la Iglesia Catedral de Santiago mientras de concluía la obra gruesa del nuevo Templo. Luego, el 1 de diciembre de 1948 inició desde la Parroquia San Lázaro de Santiago un recorrido por gran parte del país. La idea de esta “Imagen Peregrina” perteneció al canónigo Monseñor Aníbal Carvajal, quien fue comisionado como Jefe de este Apostolado por Monseñor Caro, hasta el regreso de la imagen en 1956. En las peregrinaciones se recolectaba dinero para la construcción del que es hoy nuestro Santuario Nacional.

Al finalizar su peregrinaje, la imagen quiteña fue trasladada solemnemente hasta el Templo Votivo, acompañada por el Presidente de la República, Don Carlos Ibáñez del Campo, junto a miles de fieles que coparon el camino de Santiago a Maipú.